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En toda obra de un creativo existe una buena razón de su existencia,..del en tomo que día a día conforma su habitáculo vivencial. Gabriel del Paso, no podia ser la escepción. Pintor de origen granadino afincado en Barcelona, tuvo unos principios artísticos muy marcados por la personalidad de dos ilustres artistas como Gabriel Morcillo y Molina de Torres. Gabriel del Paso, ha sabido absorber las referencias de los dos. Aglutinar en su paleta el pozo de la sabiduría de los maestros. Con los años ha pasado de interpretar o leer una parte de la plástica, a un sentido de personalidad propia. Su evolución ha sido codiciosa, con el ánimo de resolver o demostrar su talento, que in dudablemente lo tiene. Ha sido fiel a unos principios, sin abandonar su discurso. El color y las formas han desbordado lo irracional de algunos planteamientos de otros para dejar paso en él a un sentido crítico con su propia obra. En su pintura existe sensibilidad. Se exprese como se exprese o se interprete como uno quiera. Llegar a transmitir emociones no es una a ventura o tarea fácil. En muchas ocasiones traslucir la expresión de dominio que el autor experimenta sobre la tela o el papel es labor complicada. Gabriel del Paso, tiene la firmeza no sólo que da el entorno,.. También sabe reflejar el pensamiento. Uno, al contemplar una obra de arte tiene la sensa ción que todo está inventado,..que en muchas ocasiones asistimos a una ce remonia de la confusión,..en del Paso no es así, ya que durante sus años en el mundo de la pintura ha podido interpretar su emociones de forma razona nada. Sin dar saltos al vacío. Pronunciandose con prontitud ante las distin tas corrientes que nos han agobiado, incluso martirizado. He podido ver a lo largo de los años que ando metido en este mundillo como profesional de los medios de comunicación dedicados al arte a multitud (y digo multitud) de aprendices de brujos que han tratado de envolvernos con la magia de la sorpresa….A uno ya no le queda capacidad para la sorpresa. Pocos son los que nos sorprenden (a escepción de los políticos) y Gabriel del Paso, ha lo grado sorprendernos, o por lo menos a mi. Ha sabido conectar con el espi ritu del arte que ha nacido para emocionar sin más gaitas. La historia esta rebosante de intentos y huérfana de acciones,… Personalmente, no es de mi agrado escribir crónicas típicas (plenas de tópi cos) de adjetivos calificativos que el pueblo llano y sencillo no comprende. Es muy cierto que debe de existir un discurso del crítico. Sin embargo, este tiene que ser andariego como los caminantes. Limpio como el horizonte. Sin estridencias, de sencilla compresión. Y yo veo en la obra de del Paso un emotivo lenguaje que se aproxima al pueblo y eso me agrada. Reafirma en mi la convicción que en esta vida merece la pena luchar por algunas cosas (Xavier Carles).